Cuando todos quieren inmortalizar el momento

CONSEJOS PARA NO ARRUINAR LAS FOTOS Y VÍDEOS A LOS PROFESIONALES CONTRATADOS EN UNA BODA

Pensando en este artículo, no he podido dejar de viajar en el tiempo y acordarme de esas bodas donde las únicas cámaras que veíamos eran las del fotógrafo y el videógrafo, y en las que si acaso se colaba algún invitado con una automática de carrete no sabemos si con más afán de terminar las 36 fotografías de ese rollo que empezó en vacaciones o porque realmente quería llevarse un recuerdo de tan importante evento.

Don’t be that guy from Love Genre Films on Vimeo.

Lo cierto es que actualmente todo esto ha cambiado sobremanera desde que aparecieron en nuestras vidas las cámaras digitales accesibles para todos los bolsillos y más aún con la llegada de los móviles, ese aparatejo que podría ser el complemento perfecto en la fotografía de bodas, pero que siendo usado por los invitados puede llegar a resultar desesperante por parte de los profesionales encargados de realizar el reportaje.

Digo desesperante porque por instinto cualquier ser humano se siente con la necesidad de inmortalizar los más estelares momentos, de ahí que muchas veces se nos crucen en nuestro camino flashes inesperados, manos con móviles apuntando a los novios  o empujones innecesarios por estar concentrados en nuestro trabajo. Y es que se nota que entre fotógrafos nos respetamos, cosa que cuando me ha tocado compaginar con el amigo/cuñado aficionado del novio, ese que va que va con el flash activado de la propia cámara, todo ha resultado más difícil.

Por curiosidad no he podido resistirme a hacer un sondeo entre colegas, ver cómo se apañan ellos ante los invitados “fotógrafos”, y las respuestas han sido de lo más hilarantes, pero voy a quedarme con algunas que pueden encender este debate. Me han sugerido desde medidas drásticas como firmar por contrato que sólo el fotógrafo y videógrafo puedan fotografiar y grabar durante la boda, hasta incluir a los presentes en acción de fotografiar como asunto anecdótico dentro de la composición, pasando por compartir a los invitados días antes de la ceremonia el vídeo que acá incluimos para que estén sobre aviso.

Si no puedes con el “enemigo”, al menos dale unos consejos

Pero igual que veo injusto prohibir a los asistentes que no hagan uso de sus dispositivos, o que por el contrario tengamos que incluir en todas las fotografías cómo los invitados están tomando imágenes, creo que es más conveniente intentar dar unos consejos para que tanto ellos como los profesionales consigan su propósito en forma de instantánea trabajando sin incidentes.

En el vídeo que compartimos se habla, en clave de humor, sobre qué hacer como aficionado en caso de querer realizar fotografías en una boda. La verdad es que hay ciertos consejos que, dándoles la vuelta, resultan muy útiles para que los profesionales puedan trabajar a gusto y que el invitado aficionado a la fotografía no resulte un estorbo.

Fundamentalmente es importante que conozca su cámara, muchos acuden a las bodas con cámaras prestadas sólo porque creen les va a garantizar excelentes fotografías. Lo sé porque aún hoy en día, sin conocerme, me siguen diciendo que con mi cámara tomaré buenas imágenes, lo importante no es la cámara, es el camarero.

Pero volviendo al tema, como decía, es imprescindible llevar el dispositivo preparado, primero desactivando el pitido de enfoque y segundo también la luz de ayuda al AF integrada e incluso la reducción de ojos rojos. Con ello conseguiremos que no haya ruidos incómodos durante la ceremonia y que no se active la molesta luz del autofocus cada vez que vayamos a tomar una fotografía. Respecto al flash, se hace más complicado eliminarlo trabajando en automático, pero sería de agradecer que no se usase porque también interfiere en las tomas del profesional, por mucho que haya veces en las que un disparo inesperado nos pueda ofrecer un efecto creativo o una luz sugerente.

Es aconsejable interferir lo menos posible en el espacio que los profesionales tienen asignados para ir moviéndose durante el evento. Por ello sería interesante que quien quiera tomar fotografías durante la ceremonia, vaya temprano al acto y se sitúe en un lugar que le permita fotografiar sin molestar al fotógrafo y al videógrafo.

Sé que es muy bonito querer hacer un reportaje de bodas que incluya todos esos momentos especiales un poco desde la distancia y conjugando todos los elementos de los que disponemos los profesionales, pero hay secuencias en las que se debe crear una atmósfera alrededor del “sí quiero” o “del beso”, algo que en estos tiempos se hace complicado teniendo tantas cámaras observando de cerca. Por ello, mi consejo para el aficionado es que respete las distancias, los profesionales han sido contratados para inmortalizar el acontecimiento y sus fotografías podrán verse posteriormente, siendo más atractivas cuando han podido ser tomadas en sintonía con el entorno.

Gema Sanchez

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